Para los días calurosos de verano, se agradece tener a mano una zona de baño con agua fresca. Y si el agua proviene de las montañas más altas del País Vasco, mejor que mejor. El baño es para los más valientes, la temperatura del agua ronda los 14 grados.
2.- Un paseo por la mayor cueva de Guipúzcoa.
La visita de una hora por el interior de la Cueva de Oñati-Arrikrutz, ofrece la calma en los días calurosos. La temperatura constante en su interior de 10 grados todo el año, relaja a los más sofocados y su inmensidad y belleza impacta a cada visitante.
3.- 700 años de historia refrescantes
Verano es tiempo de vacaciones, descubrir nuevos lugares, perderse en historias lejanas y disfrutar del legado histórico que se guarda en lugares monumentales como Oñati. A resguardo del sol, paseando por claustros, visitando capillas y recorriendo interiores de iglesias y universidades antiguas, la visitas-guiadas que ofrece la oficina de turismo muestran el rico patrimonio de sus monumentos al tiempo que refrescan curiosidades.
4.- EspeleoTxiki, aventura al frescor de la cueva.
La propuesta más divertida donde disfrutarán desde los más pequeños hasta los más adultos. La diversión será en familia y la propuesta: ¡explorar el mundo de las cuevas!
5.- Arantzazu, brisa fresca vanguardista.
Reedificada en la segunda mitad del s.XX por Laorga y Sáenz de Oiza, el Santuario de Arantzazu concentra un importante patrimonio artístico. Artistas como Jorge Oteiza, Nestor Barrenetxea o Eduardo Chillida hacen de la Basílica un centro importante de arte vasco. Abierto diariamente al visitantes, presto a acogerlo en su frescura. Las visitas-guiadas también están al alcance del visitante.